Morirás

Irremediablemente
te vas a desplomar
como un ave que
muere al vuelo
cómo un Ícaro
en el punto mas alto
 y el golpe será seco
con el asfalto marítimo

No habrá puerto
no habrá isla de náufrago
ni balsa a la deriva
para salvar tu ansia
de llegar tan alto

entonces vas a tomar mi mano
no tendrás hambre
ni frío,
el vino será bueno
y estaré ahí
para tu tango

andanza

Mis palabras se secaron
como un desierto
en donde antes eras selva

estoy hecho un mar de ojeras
mina de temblores,
volcán de nubes que estallan

escuchar el roce de tus manos
sobre mi anacrónico epitafio

piedra, sobre piedra
 polvo en el corazón de la tierra

Actor Terroristas I

Urdió mis palabras  y las punteo a su pecho

Até una cuerda a un árbol  que era apenas un brote
el otro extremo un nudo al cuelloPublicar entrada

Plegaria I

Y si algún día te decides a escapar
por favor
llévame lejos de ésta tierra helada

Tango Iunfardo I

Minerva,
amurado ,
con mi jaula que es grela y milonguera
en mi revire de olivos y sin junta
pifiador metejón sotreta
que libretos de esquinazo quemas

Milonguita
latería de pichuleo
mi mosqueta te entrego
para tomarme el espiro de tus nurias
y refundido en oriyeras garufadas
mi hermano con la alambrada,
un silencio del llorón
las ranadas que en pellejo hacemos
y nos piantamos la vida,
para curarnos de los cuentos de un metejón

Se llamaba azul

No lo sabes, pero eres justamente el tipo de  mujer, de la que un poeta, tan deshecho como yo, desesperado, con sus musas raídas por el tiempo y los gusanos del olvido incierto, se enamora fácil y torvamente  hasta dejar  deshecha una pila de huesos en una acera,  helada de invierno.

Si destemplar la memoria no es suficiente; tomas mis hilos a tu antojo y jalas del mas profundamente inserto en mi cuerpo, hasta deshacer la unión sagrada, que atraviesa el suelo, en el que estoy  parado, por las piernas y el corazón hasta llegar a mi cabeza, y me dejas escapar al viento, inútilmente esparciendo palabras

... imaginar los pasos que dará mi cuerpo hasta su lecho final, hasta sentir el  viento helado del sur recorrer mi cuerpo y cerrarme los ojos de un ventarrón, sabiendo que repite tu nombre con una total seguridad de anclaje, para arrasar con mi ser, y dejar el ultimo reducto de mi alma , hecha un guiñapo de palabras dulcemente sucias para tu altar de fracasos corrompidos por la poesía de un ave, de paso muerta ya de hastío

con una mesa repleta de palabras dulces,
acribillo la memoria destemplada;
sabanas frías de indecisión